© EKHIA Centro de Psicoterapia y Desarrollo Humano
Entrevista
MALEN ODRIOZOLA, Psicóloga
Psicóloga y fundadora del Centro de Psicoterapia y Crecimiento Personal Itaca de San Sebastián desde hace
más de 30 años. Licenciada en la Universidad de Deusto. Formación como Psicoterapeuta de Grupo y
Bioenergética. Ha experimentado personalmente con diversas formas de la Psicoterapia, como Psicoanálisis,
Gestalt, Bioenergética, Psicología Transpersonal, Rebirthing.... Mantiene actualmente varios grupos de
Crecimiento Personal, así como sesiones individuales.
¿Cuáles son los principales motivos para que una persona se acerque a recibir apoyo psicológico?
Son
múltiples
y
variados:
Una
depresión,
una
crisis
de
ansiedad,
una
pérdida,
un
problema
con
la
pareja
o
con
la
familia,
sensación
de
inadaptación
social,
timidez,
falta
de
trabajo,
estrés,
o
simplemente
en
búsqueda
de
crecimiento
personal.
Pero
siento
que
lo
más
importante
es
considerar
la
situación,
sea
cual
sea
el
motivo
como
una
oportunidad,
un
momento
excepcional
para
que
la
persona
aprenda
a
ser
consciente
de
lo que le está ocurriendo y elija hacer algunos cambios a fin de que finalmente llegue a ser más feliz que incluso antes de sufrir la crisis.
Estos
momentos
son
de
un
valor
inestimable
y
son
un
regalo
que
no
debemos
desperdiciar
porque
nos
ayudan
a
crecer
y
a
conocernos
a
nosotros mismos. Ya lo decía Sócrates: "La felicidad es conocerse a sí mismo".
Primero
darse
cuenta
de
qué
es
lo
que
no
funciona,
reconocer
la
emoción
que
uno
tiene
y
dejarla
que
se
exprese;
pero
después
hay
entender
que
ese
desajuste
emocional
proviene
de
un
pensamiento
que
nos
hicimos
en
el
pasado,
ante
alguna
vivencia
negativa
que
ocurrió
entonces
la
cual
podemos
sanar,
perdonar
y
trascender,
cambiando
nuestra
percepción
de
lo
que
ocurrió,
eligiendo
cambiar
el
pensamiento
negativo
en
el
que nos quedamos trabados.
¿Considera necesario el sufrimiento para aprender?
El
sufrimiento
en
sí
no
vale
para
nada
pero
en
cambio
el
dolor,
que
es
el
sufrimiento
consiente,
nos
ayuda
enormemente
a
crecer,
y
esto
es
lo
que
va
a
permitirnos
la
terapia.
Si
una
persona
viene
por
un
determinado
problema
de
su
vida,
después
de
un
tiempo,
porque
esto
requiere
tiempo
y
si
la
persona
quiere,
no
solo
se
consigue
atajar
ese
problema
sino
que
se
consigue
un
enriquecimiento
general
de
la
persona.
Como
bien
decía
Jung "la neurosis no hay que curarla, es ella la que nos cura".
¿Cómo enfocáis el trabajo psicológico con las personas?
Trabajamos
dentro
de
la
psicología
transpersonal
entendiendo
que
detrás
de
nuestro
carácter,
somos
una
esencia
a
la
que
se
puede
llegar,
siendo
el
primer
paso
armonizar
los
tres
centros,
el
intelectual,
emocional
y
motor
de
forma
que
en
la
persona
esté
de
acuerdo
en
su
"yo
pienso"
con
el
"yo
siento"
con
el
"yo
hago",
esta
sería
el
inicio
para
nuestro
bienestar
y
crecimiento,
para
más
adelante
ir
profundizando
y
reconociendo
la
liberación que supone en nuestra vida el camino del perdón y el agradecimiento.
¿Qué herramientas utilizáis para ese trabajo?
El
centro
intelectual
lo
abordamos
con
la
comunicación
de
palabra
principalmente,
con
pensamiento
positivo,
afirmaciones,
lecturas.
El
análisis
del
Rasgo
o
estudio
del
anagrama,
así
como
el
Trabajo
de
los
Opuestos,
son
dos
valiosísimos
instrumentos
para
este
trabajo.
El
emocional
lo
abordamos
mediante
técnicas
gestálticas,
expresión
de
las
emociones
.Y
corporalmente
con
la
bioenergética,
técnicas
respiratorias,
la
danza,
la
expresión corporal, el contacto....
También
el
denominado
trabajo
de
la
máscara,
que
es
el
ego,
que
es
el
modo
en
que
nos
mostramos
al
mundo,
nuestra
imagen.
Cuando
abrimos
la
puerta
de
nuestra
casa
y
nos
encontramos
con
nuestros
vecinos,
somos
agradables,
alegres,
simpáticos,
entregados...
,
cuando
cierro
la
puerta
aparecen
mis
miedos,
mi
ansiedad,
mis
adicciones
y
todo
aquello
que
no
queremos
reconocer.
Tratamos
de
desvelar
todos
esos
rasgos
negativos
que
están
por
debajo
de
nuestra
máscara.
Ósea
se
trabaja
la
máscara
para
conectarse
con
el
ser
inferior
y
de
ahí
poder
acceder
el
ser
superior.
Trataríamos
por
ejemplo
la
autosuficiencia,
el
orgullo,
la
vanidad,
el
engrandecimiento
del
ego
de
una
persona...
para
encontrar
lo
que
está
debajo
de
su
apariencia:
miedo,
agresividades
ocultas,
tristezas,
necesidades
insatisfechas.....
Todas
las
emociones
negativas
que
están
sin
querer reconocerse.
Sería
como
la
ropa
que
llevamos.
Primero
nos
presentamos
con
la
máscara
que
es
como
el
abrigo,
debajo
están
nuestros
miedos
que
es
nuestra
ropa
interior,
y
finalmente
hallamos
nuestro
cuerpo
que
es
nuestro
Ser
superior,
lo
que
somos
en
realidad.
Una
vez
que
hemos
reconocido
que
ni
somos
nuestra
apariencia
exterior,
ni
nuestras
neuras
y
negatividades,
es
cuando
estamos
en
condiciones
de
encontrar
nuestro
ser
de
verdad,
que
no
es
nuestra
máscara
ni
sus
consecuencias
negativas,
como
he
dicho
antes,
sino
un
ser
real
y
completo:
nuestro
lugar
de
amor
incondicional.
Igualmente
nos
apoyamos
en
el
trabajo
sobre
las
Figuras
Parentales
orientado
hacia
el
perdón
a
nuestros
padres
(después
de
haberse
permitido
dejar
que
aparezca
realmente
la
verdadera
agresión
hacia
ellos).
Posteriormente
extendemos
ese
perdón
a
nuestros
padres
hacia
el
resto
del
mundo, trabajando el Curso de Milagros
Estas
son
técnicas
que
nosotros
utilizamos
pero
siempre
reconociendo
que
lo
importante
no
es
el
tipo
de
terapia
que
se
utilice
sino
la
relación
que mantienes con la persona.
Trabajamos
siempre
basándonos
en
la
relación
transferencial
entre
terapeuta
y
paciente
que
le
permite
a
este
expresar
y
superar
sus
enganches
negativos para luego poder sentirse reconocido, aceptado y amado.
¿Qué puede decirnos del trabajo grupal?
Todo
este
proceso
se
facilita
cantidad
con
el
trabajo
en
grupos
que
es
un
microcosmos
de
la
sociedad
que
permite
que
se
nos
movilicen
nuestras
propias
proyecciones
de
manera
acelerada
a
causa
de
la
intensa
interacción
con
nuestros
compañeros
de
grupo.
Es
un
campo
de
experimentación
que
nos
sirve
tanto
para
poder
airear
todas
nuestras
emociones
negativas
como
para
poder
potenciar
todos
los
aspectos
positivos de la persona como la comunicación, la creatividad, la afectividad, manejarse bien con las distancias y la fuerza del grupo.
Nuestra
principal
labor
como
terapeutas
es
la
de
crear
un
contexto
de
amor
y
aceptación
en
el
que
a
pesar
de
que
estemos
trabajando
con
la
coraza
neurótica
del
paciente,
estemos
reconociendo
su
propio
ser,
recordando
que
él
no
es
su
ego,
sino
un
ser
lleno
de
amor
que
siempre
ha
estado y está sano.